El Barcelona tiene el vestuario convulsionado y la prensa española comienza a pregonar el comienzo del fin, aunque el entrenador Quique Setien negó que existiera un problema grave entre el cuerpo técnico y Messi.

Las imágenes del destrato del argentino para uno con sus colaboradores en el último partido fue elocuente.

Cuando no llegan las victorias a todo se saca punta. El circo está así montado. La relación con los jugadores es buena; no veo ningún problema importante”, declaró ante la prensa previa al partido de La Liga contra el Atlético Madrid del próximo martes.

Las diferencias entre Messi y el asistente Eder Sarabia fue el detonante de la interna. Las imágenes se viralizaron rápidamente por redes sociales y pusieron en manifiesto el fuego cruzado que existe en el vestuario catalán.

“Yo tampoco era un jugador fácil”, aseguró Setién buscando minimizar los hechos.

Por último, Setién reconoció que ayer hubo una reunión en el vestuario y reconoció que se hablaron muchos temas, “aunque lo central fue el fútbol, que es lo que hay que hacer mejor”. “Al principio somos bastante superiores pero no lo traducimos en goles y eso nos genera nerviosismo y nos frustra”, explicó.