En la ida, el Millonario había vencido por 2 a 0 con goles de Rafael Santos Borré e Ignacio Fernández, por lo que el xeneize debía hacer tres goles, sin recibir ninguno, para pasar directamente a la final o al menos convertir dos para forzar los tiros de penal. 

El inicio del partido se vio demorado más de 15 minutos por la gran cantidad de papeles que  invadieron el campo de juego a causa de la extraordinaria presentación de la hinchada durante la salida del local. Una vez iniciado el encuentro, Boca tomó una postura totalmente ofensiva y buscó los primeros minutos llegar al arco defendido por Franco Armani a base de pelotazos, centros y alguna que otra individualidad de Eduardo Salvio. 

Fue entonces que la primera llegada clara fue para el local a los 8 minutos, después de un centro de Mac Allister desde el sector derecho, la pelota le quedó a Wanchope Ábila, quien remató al costado externo del arco millonario. Por el lado del equipo de Gallardo, ante la presión de Boca intentó saltearse el mediocampo para poner a sus delanteros a jugar mano a mano contra los defensores Xeneizes. 

A los 13 minutos, en un tiro libre similar que derivó al remate desviado de Wanchope, Emmanuel Mas no pudo conectar bien de cabeza y su remate salió despedido por encima del arco. River no pudo hacer pie durante los primeros 15 minutos, sus mediocampistas no participaban del juego y la circulación de la pelota se hizo difícil, por no decir imposible, para el equipo de Núñez ante un muy combativo conjunto local. 

Sin embargo, con el correr de los minutos la presión de Boca fue disminuyendo y, en consecuencia, River comenzó a jugar más cómodo llegando, sin peligro, hacia el arco defendido de Andrada.  A los 21 minutos llegó la primera polémica de la noche. Tras un centro y algunos rebotes, Salvio empujó la pelota al fondo de la red, pero el árbitro a instancias del linea anuló el gol por una mano de Mas al bajar la pelota. 

Dos minutos más tarde, luego de una ansiosa y precipitada salida del arquero de Boca, River tuvo la oportunidad de abrir el marcador, pero la defensa de Boca logró despejar. A los 36, ya con un Boca cansado, el equipo de Gallardo comenzó a mover la pelota e intentó abrir el marcador con un disparo de De La Cruz desde 30 metros que se fue desviado. Al final de la primera mitad, Armani -a puro reflejo- salvó un mal despeje de Enzo Pérez que se le metía en el arco. 

El segundo tiempo comenzó igual que la primera mitad, con Boca protagonista y River expectante. Tal es el caso que Wanchope tuvo en sus pies el primer gol de la noche, pero se demoró y le permitió a Armani achicarle el ángulo. A los 55 minutos, luego de un remate desviado de Mas, Mac Allister -en posición adelantada- disparó desviado. 

A los 60 minutos Gustavo Alfaro, preocupado porque su equipo no lograba descontar, decidió hacer dos modificaciones: ingresaron a la cancha Hurtado y Zárate por Almendra y Wanchope Ábila, respectivamente. Rápidamente, el ex Vélez tuvo dos remates que fueron fácilmente retenidos por el arquero de River. 

Cinco minutos después, Gallardo hizo lo propio y movió el banco de suplentes: Borré se fue reemplazado por Pratto y Casco, con algunas molestias y ante la sorpresa de sus propios compañeros, salió para darle su lugar al chileno Paulo Díaz. Sumido en la urgencia y la desesperación lógica del resultado, el Xeneize se dedicó a tirar centros y rematar poco al arco, mientras que River desaprovechó todos los contragolpes que tuvo.

A falta de diez minutos del final, luego de un buen tiro libre, Licha López la bajó y entre Hurtado y Zárate empujaron la pelota debajo de los tres palos para lograr el tan ansiado descuento para el local. En ese momento, Gallardo y Alfaro gastaron sus cambios – Villa ingresó por Mac Allister y Scocco reemplazó a Suárez- para lograr la clasificación de sus equipos a la final de la Libertadores.

Al final, no hubo tiempo para más y River, gracias a la ventaja que logró en el Monumental, eliminó una vez más a su eterno rival y se convirtió en el primer finalista de la Copa Libertadores a la espera de un viejo conocido como Gremio o Flamengo, que definirán su llave este miércoles. La final única se disputará el 23 de noviembre en Santiago de Chile.

Gallardo ganó 51 de sus 62 series como técnico de River. En cinco cruces con Boca, lo eliminó el 100% de las veces: Semifinales Sudamericana 2014; Octavos Libertadores 2015; Supercopa 2017; Final Libertadores 2018 y Semifinales Libertadores 2019.