Emiliano Sala falleció en enero a los 28 años como consecuencia de las lesiones sufridas en la cabeza y en el tronco tras el accidente de la avioneta que lo trasladaba desde Francia hacia Gales. La aeronave desapareció mientras sobrevolaba el Canal de la Mancha y tras dos semanas de intensa búsqueda, la avioneta fue encontrada a 67 metros bajo el nivel del mar.

La investigación sobre la muerte del delantero siguió y Matthew Reeve, representante de la familia de Sala, reveló que decidieron retomar la búsqueda de los restos de la nave después de que la División de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB) resolviera no recuperarlos ni volver a visitar el lugar donde cayó la misma.

Pero al regresar al lugar donde habían encontrado el cuerpo del futbolista se toparon con una inesperada sorpresa: los restos de la nave ya no estaban. “La familia no está de acuerdo con la decisión de no salvar el fuselaje. Pero los restos de la aeronave ya no están presentes cerca de la ubicación y es posible que algunos otros no permanezcan en su lugar por mucho tiempo”, dijo Reeve , según publicó Sky Sports.

Por su parte, Geraint Herbert, inspector senior de la AAIB, defendió la decisión de no volver a sumergirse para buscar más pruebas, ya que cree que se habían identificado problemas de seguridad sin la necesidad de examinar más a fondo el avión siniestrado.

En esa línea, respaldó esta decisión argumentando que no se podía garantizar la seguridad de los buzos y la dificultad de emprender esta labor. “Decidimos que no regresaríamos y nada de lo que escuché posteriormente me hizo cambiar de opinión”, sostuvo.

Según había confirmado la policía de Dorset (Reino Unido) luego de las pruebas forenses el pasado 7 de febrero, el cuerpo que se encontraba dentro de la aeronave era el de Sala. Pero desde que se confirmó el fallecimiento del delantero, se originó un conflicto entre los clubes que negociaron su pase y que, hasta el momento, está lejos de resolverse.

Por un lado, Cardiff se niega a pagar el valor del futbolista, mientras que el Nantes reclamó legalmente dicha suma ante la FIFA. En septiembre, la Comisión del Estatuto del Jugador de la FIFA resolvió que el Cardiff debía pagar al Nantes 6 millones de dólares correspondientes a la primera cuota del traspaso del jugador. Algo que, hasta el momento, no se concretó.

El organismo tomó esta decisión después de que el conjunto francés denunciara al galés por negarse a pagar el importe total del traspaso del delantero, que rondó los 15 millones de libras (18 millones de dólares), según el acuerdo alcanzado entre ambos clubes el pasado 19 de enero.

El Comité del Status de los jugadores de la FIFA tomó esta posición el pasado 25 de septiembre, según indicó el comunicado oficial. En aquel momento, Cardiff alegó que el contrato de Sala no “cumplía las reglas de la Premier League” y pretendió declararlo nulo.

Pero al ver que este conflicto sigue sin resolverse, la FIFA amenazó con sancionar al club galés Cardiff con una sanción de tres ventanas de mercado sin poder contratar jugadores si no paga los seis millones de dólares al Nantes. A pesar de esto, el Cardiff avisó que pensaba recurrir esta decisión ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Ante esta situación, la reacción de la FIFA no se hizo esperar y le dio 45 días al club galés para abonar el dinero. Cumplido el plazo, si la deuda sigue pendiente, lo castigará con tres ventanas de mercado de inhabilitación.