La semana pasada el diario norteamericano The Washington Post publicó un artículo que se tituló “¿Por qué Argentina no tiene más jugadores negros en el Mundial?”, escrito por la especialista Erika Denise Edwards, el cual generó que desde distintos espacios de la Argentina salgan a cuestionar en análisis allí esbozado y a criticar el sesgo rascista que se le quiso imprimir al país.

Lo cierto es que la autora se enorgulleció de que se haya generado tal revuelo, ya que ella es una estudiosa de la Argentina y viajó varias veces a Buenos Aires en los últimos 20 años, en los cuales investigó sobre el tema y publicó “Escondiendo a simple vista: mujeres negras, la ley y la creación de una República Argentina blanca”, una de sus obras más importantes.

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El desparpajo con la que la mujer se refirió en el artículo a “varios mitos que supuestamente ‘explican’ la ausencia de argentinos negros”, generó mucho revuelo y muchas críticas por parte de figuras y personalidades de la Argentina, como la artista plástica y ex pareja del periodista Jorge Lanata, Sara Stewart Brown, quien contestó al artículo en sus redes sociales y destacó que “la nota está llena de inconsistencias y malas interpretaciones, es evidente que la persona que la escribió no tiene conocimiento de la cultura argentina y nunca vivió en Argentina”.

Y si bien la ex de Lanata se equivocaba, es un hecho que desde The Washington Post emitieron una fe de erratas sobre el artículo, para aclarar que el número que la autora había dicho que eran los negros de Argentina, según el censo de 2010, la exposición estaba mal. “Si bien la cantidad de personas negras citadas era precisa, el porcentaje en realidad era mucho menos del uno por ciento y el artículo se modificó para indicar eso”, aclararon.

Estas autocríticas fueron tomadas por la grieta norteamericana que se sumó a las críticas hacia la autora, fundamentalmente la cadena Fox News, siempre vinculada al ex presidente y actual candidato Donald Trump, desde donde cuestionaron que la autora difundió el artículo en la red social Twitter con el texto “Una historia de la eliminación de los negros en la Argentina”, lo que termina siendo falso y ofensivo para la Argentina.

Edwards tuvo que salir a expresarse respecto a las repercusiones que había logrado con su nota, pero aclaró que “los abrumadores comentarios que recibió fueron positivos”.

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“Muchas personas, y especialmente los argentinos, están emocionados de finalmente tener una conversación sobre la raza en Argentina. Si bien es difícil para algunos, esta conversación es necesaria para tener en cuenta el pasado. No hay nada de lo que dije que sea fácticamente incorrecto. Es posible que a algunos no les haya gustado centrarse en la raza, pero las preguntas sobre la percepción de la blancura de Argentina y la falta de diversidad tienen mucho que ver con su cultura e historia”, señaló la académica.

“¡Argentina es un país increíble con gente muy acogedora!”, reconoció tras confesar que había viajado varias veces al país en las dos últimas décadas. “No puedo agradecer lo suficiente a los diversos amigos, que se han convertido en una familia, y a los colegas que me ayudaron a convertirme en la becaria Fulbright, la becaria Ford y la autora galardonada que soy hoy. ¡Agradecida con los archivistas y académicos argentinos que han realizado este trabajo durante años! Es un honor que mi trabajo haya sido recibido tan positivamente por ellos”, celebró.

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Las afirmaciones de la polémica

En su artículo Edwards rompió con ciertos mitos de la cultura local, como que la mayoría de los negros fueron usados como carne de cañón en las guerras del siglo XIX. “Los ejércitos revolucionarios, por ejemplo, reclutaron esclavos para luchar en las guerras de independencia de Argentina (1810-1819) contra las fuerzas españolas, con la promesa de libertad después de cinco años de servicio”, detalló.

“Pero en lugar de morir en el campo de batalla, muchos simplemente desertaron y optaron por no regresar a su lugar de nacimiento, como ha argumentado el historiador George Reid Andrews. Los pases de lista revelan que en 1829 la unidad militar Afroargentina Cuarta Cazadores perdió 31 soldados por muerte y 802 por deserción”, agregó.

En la nota también profundizó sobre los “aproximadamente 200.000 cautivos africanos” que “desembarcaron en las orillas del Río de la Plata durante el período colonial” y que “a fines del siglo XVIII, un tercio de la población era negra”. “De hecho, la idea de Argentina como una nación blanca no solo es inexacta, sino que habla claramente de una historia más larga de borrado negro en el corazón de la autodefinición del país”, cuestionó.

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Para Edwards a diferencia de otros países de la región que intentaron lo mismo, lo que hace que “la historia de Argentina sea única en este contexto es que tuvo éxito en su intento de construir su imagen como un país blanco”.

“Si bien Argentina ha colapsado las categorías raciales en su búsqueda por ser vista como una nación blanca moderna, la presencia de personas descritas como morocho asiente a esta historia de borrado de negros e indígenas. Morocho, una etiqueta inofensiva, se sigue utilizando en la Argentina de hoy. Este término, que hace referencia a aquellos que son ‘de color bronceado’, se ha utilizado como una forma de distinguir a las personas que no son blancas”, detalló en su artícuulo.

“Quizás el morocho más famoso de Argentina es la leyenda del fútbol Diego Maradona, quien saltó a la fama en las décadas de 1980 y 1990. El país tuvo tres días de luto nacional cuando falleció en noviembre de 2020. Esta leyenda no blanca se convirtió en la cara del fútbol argentino e, irónicamente, en una ‘nación blanca'”, escribió sobre el futbolista campeón de México 1986.